sábado, 31 de agosto de 2013

Día 31: Béisbol, agobio y diversión




Hola desde New York en las últimas horas de nuestro viaje. En apenas nueve horas volvemos a Barcelona - hemos decidido dormir deliberadamente mal para así hacerlo en el avión de vuelta y poder combatir el jet lag con más efectividad. Estamos, de hecho, haciendo un esfuerzo para escribir esta última entrega del blog. Y ya que nos vamos, sacar todo el repertorio e irnos de Estados Unidos con dos cojones bien puestos. Así que acuesten a sus hijos, echen de la habitación a personas un poco aprehensivas y abróchense los cinturones. 




Ha sido un día muy especial, la verdad, aunque no todo ha salido como esperábamos. El tema empezó temprano, ya que a las 11:00 teníamos que estar en un lugar llamado Battery Park, lugar de entrada del ferry que lleva a la Estatua de la Libertad. Teníamos entrada para subir a la corona, algo espectacular y difícil de conseguir - acceso a la parte alta de uno de los grandes símbolos de la historia tal y como la conocemos. El trayecto hasta allí ha sido corto pero intenso - servidor se marea en los barcos y siemrpe va acojonado aunque sean seis putos minutos en aguas solo medio revueltas. Hemos llegado y creo que las mejores fotos han sido minutos después - tranquilos, relajados, con tiempo para hacerlas. 





El problema llegaría a partir de ahí. 




Tocaba subir a la corona de la Estatua de la Libertad. Tres palabras - SU PUTA MADRE. Resultó que el camino hacia allí era tortuoso y lleno de todo tipo de putadas. Primero, inspección rollo aeropuerto, la segunda en apenas unos minutos. Segundo, prohibición de subir una simple bolsa con cuatro chorradas y obligación de gastarte dos dólares extra en dejar tus mierdas en una taquilla. Estas cosas hay que explicarlas, coño. No es el dinero, es la sensación de pagar como un panoli. Subimos en ascensor la primera parte, hasta el pedestal de la Estatua. Hicimos un simpático vídeo. Vaya, al menos yo creo que es simpático.





A partir de ahí, catarsis total. La subida hasta arriba es por una escalera de caracol con escalones rectangulares. Nos hemos comido porciones de pizza de más superficie que esos escalones. Hemos tenido que subir prácticamente gateando durante no sé cuántas docenas de escalones, sudando la gota gorda, cagados de que nos pudiera pasar algo, sin poder alzar la cabeza por miedo a darnos un coscorrón contra la superficie metálica. Todo sea por una buena vista en un sitio histórico. Una buena vista, claro.



Y una polla. Vaya fraude.

La corona de la Estatua de la Libertad tiene especio para, digamos, siete personas. Hay un tío explicando lo que se ve pero seamos serios, son cuatro cristales guarros con metal alrededor y a través de ellos no se ve un carajo. La vista desde abajo es espectacular pero arriba no se ve un pijo. El problema ha sido bajar - los dos hemos tenido problemas. Belén tiene vértigo y ha llegado a llorar de miedo en la bajada. Un servidor mide demasiado para esa escalera, ya que más de la mitad de mi cuerpo sobresalía por la barandilla. Un mal paso en esa escalera de caracol mierdosa y me habría precipitado al vacío - y luego a ver quién cojones os escribe estas lindezas... aunque ahora que se ha acabado el viaje, algún hijoputa le habría dado igual. 




Anyway, he tenido que bajar como la postura clásica de Madness, con los pies por delante - ver foto ilustrativa - y al llegar nos temblaban las piernas a los dos. Tanto ha sido el tema que allí había un museo de la Ellis Island y varias cosas más... pero le han dado por culo y hemos cogido el primer ferry de vuelta a Manhattan. Visitar la Liberty Island, sí. Subir hasta arriba, nunca jamás. Es una orden. De verdad que la sensación de agobio, pánico, cansancio extremo y desesperación no se la deseo ni a mi peor enemigo. 




Qué coño, a mi peor enemigo sí. QUE SE JODA, HOSTIA. 

(no creo que tenga un peor enemigo, pero en fin, que se joda)




Belén ha tenido que currar por la tarde así que me he ido a casa de Juan Pablo y he conocido a su hijo Juanfran, un crack de apenas dos años. Será divertido verle crecer, seguro, el chaval promete. Una vez que Belén ha acabado de currar nos hemos ido al Yankee Stadium para ver un partido de béisbol entre los New York Yankees y los Baltimore Orioles. Un compañero de Euroleague, Xavi, ha venido con su mujer Marta y su hija Laia Li, lo cual ha hecho que lo que de por sí es un coñazo absoluto se convierta en algo bastante más tragable. 







El partido, pese a un inicio horroroso, ha estado bien. Es guay ver cómo los aficionados de los Yankees se imponen entre tanto turista sin puta idea como podemos ser nosotros, claro - uno conoce perfectamente sus limitaciones. Hemos aguantado hasta la séptima entrada, cuando han tocado Take Me To The Ball Game y la gente se ha puesto a cantar. También he grabado en vídeo una carrera doble de New York - una de las jugadas claves del partido. El ambiente en el estadio es acojonante - venden todo tipo de comida, merchandising, cerveza y los anuncios en los marcadores son alucinantes. Eso sí, no vuelvo a ver un partido de béisbol salvo que sean las Series Mundiales. Joder, qué poco ritmo. 









Al acabar el partido hemos quedado con Juan Pablo y nos hemos bebido siete millones de cubatas, por los viejos tiempos y para despedirnos con una nota rozando el sobresaliente. Ahora toca volver a Barcelona via Estambul. Prometemos escribir - y hacer balance - cuando volvamos y durante la semana. ¡No se vayan todavía, aún hay más! Eso sí, pueden comentar algo antes de que este blog llegue a su fin. Que será pronto salvo que se nos ocurra la forma de mantenerlo vivo. Ya veremos... 


¡Es nuestra última entrada de blog desde Estados Unidos! Esperamos que os haya gustado viajar con nosotros. Todo lo que escribamos a partir de ahora será a posteriori - y nos quedará un gran recuerdo de todo lo vivido. ¡¡¡Gracias por viajar con nosotros!!!

jueves, 29 de agosto de 2013

Día 30: viaje coñazo y desayuno con sorpresa


Ayer dejábamos San Francisco con muy buen sabor de boca, y no solo fue porque la ciudad nos regaló lo mejor de si, sino porque también nos comimos una deliciosa hamburguesa en un aeropuerto totalmente renovado y con mucha clase. Tiene todo lo que se le puede pedir a un aeropuerto: Masajes expres, buenos servicios, buenas tiendas, buenos restaurantes y baratos, WC super limpios, wifi gratis y un montón de enchufes por todas partes para que recargues tus dispositivos. La genialidad!!




La cosa pintaba fenomenal, ya que, además, viajábamos con VIRGIN AMÉRICA, compañía a la que recordamos con gran cariño, pero, entre que el avión iba a tope y que lo deben haber lavado con agua caliente porque ha encojido y no hay apenas espacio, hemos pasado un vuelo duro y dificil.
 

Hemos tenido un vuelo de mierda, durmiendo apenas 3 horas y con menos espacio que un cura en un confesionario, pero por fin hemos llegado a New York, recuperando 3 horas de las 9 que llevábamos de desajuste y que nos va a ir de coña de cara a la vuelta a Barcelona y, además, teníamos prisa de verdad si queríamos llegar a la gran cita que teníamos para el desayuno: LAS OFICINAS DE GOOGLE.



Tenemos una amiga que vive en NY desde hace unos 20 años y que siempre que hemos venido por aquí nos lo hemos  montado para reencontrarnos. Se llama Sunyu y trabaja en Google y, muy gentilmente, nos ha invitado a desayunar en sus oficinas.




¿Quién no ha oido alguna vez alguna cosa de las oficinas de GOOGLE??..., pues todas son ciertas!, es la lecheeee!!!: 

1) No tienen horarios, mientras que hagan su trabajo pueden empezar y terminar cuando quieran. Esto lo ponen en España y la jornada laboral duraría 10 minutos y le encargaríamos nuestro trabajo a otro que nos lo hiciera...






2) Las oficinas son absolutamente geniales y creativas. Salas de reunión con patitos de goma, zonas comunes con fichas de lego para crear lo que quieras, tumbonas, patinetes por todas partes que cualquiera puede coger para desplazarse, paredes en las que pintar lo que quieras, bibliotecas libres, salas de masaje... El puto paraiso oiga...



3) En cada planta hay una cafetería con productos frescos y de primera. Como estábamos allí sobre las 10:00, hemos visto cómo se activaban las cocinas para la comida. Absolutamente IN-CRE-I-BLE!! y también nos hemos dado un buen desayino con unas vistas preciosas. la comida no es solamente deliciosa, sino que todo es totalmente GRATIS, tanto para los empleados como para sus visitantes.



4) Los empleados, aparte de tener muy buen sueldo, tienen guardería en el edificio, un montón de servicios extras, seguro de salud, club social... 




Con todos esos factores, en España, tardaría en quebrar la empresa entre 2 y 6 días.  Depende de lo que se tarde la gente en mangarse todo y llenar la nevera de su casa con lo que te dan en la empresa. Es una pena que no estemos preparados para el primer mundo todavía.



Una vez que hemos salido de allí nos hemos vuelto al hotel porque no podíamos con nuestra alma y nos hemos dado una siesta en condiciones. De nuevo, GANCHETTO, lo ha clavado y se ha hecho con un hotel cojonudo en pleno Times Square, el hotel DISTRIKT, el paraiso en la tierra y en tol tato.

Esta noche nos vamos a cenar con Juan Pablo y Jen, otros amigos que también viven por aquí y con los que también nos apetece pasar un buen rato.

Mañana más y mejor. Besitos a tutiplén!!!

(anexo by Javi) 




Es tarde en New York pero hay dos cosas de las que me gustaría hablar y que para mí redondean un día verdaderamente para recordar. Primero, tras escribirnos desde 1995 he puesto cara y ojos a un buen amigo, Alex Lykidis, griego afincado en Brooklyn. Se ha casado recientemente y aunque hablamos por email desde hace casi dos décadas, no nos hemos visto hasta hoy. Me ha encantado estar con él y seguro que no pasan 17 años y pico antes de que nos volvamos a ver. Seguro al 100%. 




Segundo, hemos quedado a cenar con Juan Pablo y Jen, a quien veremos también mañana. Juan Pablo es uno de mis mejores amigos, lo quiero como a un hermano y verle por aquí ha sido muy especial para mí. Hemos hablado de todo lo que se puede hablar durante todos estos años pero nuestras conversaciones siguen siendo frescas. Mañana conoceré a su hijo Juanfran - ¡ese también va a ser un momentazo! Juanpa lleva más de cuatro años viviendo en New York y es la primera vez que coincidimos por aquí. 

Os dejo con un par de vídeos que hemos hecho esta noche. Espero que os gusten! Mañana más, ¡mucho más! 






Día 29: gran despedida de San Francisco




Hola a todos desde New York. Hemos decidido que un servidor, Javi, voy a contaros lo que pasó ayer en San Francisco y que Belén explique lo que ha sido una mañana muy especial en New York. Ayer dejamos el hotel a las 11 de la mañana y teníamos el vuelo de vuelta 12 horas después, así que dejamos las maletas en el Baldwin Hotel y nos lanzamos a recuperar buenas sensaciones en la ciudad de San Francisco - y vaya si lo hicimos. De lejos, lo que más merece la pena en San Francisco es la zona de Fisherman's Wharf - cerca del Golden Gate, gente en bicicleta, muchísimas cosas que ver. Pudimos hacerlo sin prisas, ya que no teníamos que volver al hotel hasta las 19:30, y decidimos dar un largo paseo hasta la zona de los embarcaderos.










Es interesante ver cómo Grant Avenue pasa de ser pura Chinatown a dejar de serlo en cuestión de metros. De las típicas tiendas de chinos vendiendo todo tipo de cosas raras - como la estatua de Mao con el brazo gigante que ilustra estas líneas - a tiendas más convencionales. Cada tipo de tienda tiene su tipo de clientes - yo, desde luego, soy más de las tiendas fuera de Chinatown. Con paciencia, subiendo unas cuestas horrorosas, llegamos a Lombard Street, donde hicimos una parada.







Fisherman's Wharf está como nunca, ya que se está celebrando la Copa América de vela y se nota el nivel de detalle que están poniendo en el evento. Por supuesto, uno de los mejores momentos es visitar el Pier 39, donde muchas focas y leones marinos han decidido quedarse, a pocos kilómetros de la isla de Alcatraz y al lado del público. Fue muy divertido ver una pelea de dos machos en una plataforma - el perdedor caía al agua y volvía encabronado para buscar la revancha. Creo que si hubiésemos empezado a cruzar apuestas, alguien se habría llevado una pasta. 










Así, entre barcos, el Golden Gate, la fábrica de chocolate de Ghiraldelli y los leones marinos pasamos la tarde, volviendo en un tranvía antiguo hasta Chinatown. Algo que fue para recordar fue comer en Joe's Crab Shack, un sitio de marisco que, pese a ser franquicias, nos gusta bastante. Este en concreto tiene de especial que justo al lado se pone un tío que se esconde detrás de cuatro ramas guarras y se pone a asustar a la gente a cambio de dinero. Parece una cosa absurda y casi bizarra pero es la puta verdad - y seguro que se gana la vida mejor que todos nosotros. No hemos hecho un vídeo, ni dos, porque el tipo nos merece un respeto - hemos hecho tres.










Cogimos un transporte al aeropuerto concertado con el hotel. Éramos un conductor ruso, una chica canadiense que nos negó el saludo - ni respondió a un simple "buenas tardes", la hija de la grandísima puta más maleducada de toda Norteamérica - y nosotros dos, bajando por unas cuestas impresionantes. Llegamos con tiempo de reubicar el peso de las maletas y pasar los controles. Mejor cenar en el aeropuerto, sin prisas, que andar con agobios y mierdas.

La vuelta a New York fue otra cosa... que os contará Belén a continuación. Una gran sorpresa... y unos pocos sinsabores. En definitiva, personalmente me alegré de volver a ver la gran San Francisco, la ciudad que me enamoró hace cuatro años y que sus mejores valores siguen allí. Somos muy fans de esta ciudad. Es muy probable que volvamos, es un sitio bastante especial y se lo recomendamos... ¡¡¡a todo el mundo!!!

miércoles, 28 de agosto de 2013

Día 28: tú a Chinatown, yo a Amoeba



Hola aún desde San Francisco. Ayer tuvimos un día bastante de transición. Sabíamos que pasaremos todo el día de hoy dando vueltas por ahí - volamos a las 11 de la noche para ahorrarnos una noche de hotel - así que nos lo tomamos con calma. Había que ponerse con la logística - rehacer las maletas, planear todo lo que vamos a hacer en New York - y total, que cada uno fue un poco a su bola, así que es mejor que cada uno os contemos nuestro día. Por cierto, mañana será complicado que haya blog dadas nuestras errantes circunstancias. Tenemos wifi en el avión, sí, Virgin America es cojonudo... pero si no dormimos a ver quién nos aguanta al día siguiente. Haremos dos entradas - una del día en San Francisco y otra de la vuelta a New York - cuando buenamente podamos.

Estoy hasta los cojones de este hotel. Resulta que en San Francisco se celebra la Copa América y los precios de los hoteles se han disparado estratosféricamente por culpa de la mierda de los barcos. Hemos acabado en este hotel de Chinatown casi como única opción decente. Belén sostiene que la habitación no está mal y es cierto, pero el wifi es un fraude completo y lo peor, entra luz a todas horas. Uno es muy sensible a la hora de dormir y necesita un mínimo de oscuridad que aquí no tengo. No hay persianas y es imposible cerrar las cortinas, y la habitación está orientada al sol cuando amanece. Aquella canción de Tequila que decía "el sol de la mañana brilla en mi cara" - pues eso. Me cago en Tequila. Y me cago en todo.




Eso sí, al lado del hotel hay esto - y es impagable.








Ayer aproveché para irme a una de las mejores tiendas de discos que hay en el mundo, Amoeba Music. Fantástico lugar, muchísimas ofertas, grandísima variedad, el paraíso para cualquier persona a la que le gusta comprar discos. No puedo expresarlo con palabras, hay que ir y verlo. Miles y miles de CDs, vinilos, casettes y otros formatos extraños, todo convenientemente ordenado. Tampoco puedo expresar con palabras lo que fue para mí encontrar el primer single de uno de mis grupos favoritos, The Wonder Stuff, en formato promocional firmado por la formación original del grupo - dos de los cuatro miembros originales ya han fallecido. Y encima por cinco dólares. El chollazo del siglo.

Ayer fue más que nada pasear, comprar discos, estar en la habitación, comer y cenar con Belén... Cuando empiezas a hacer cosas que normalmente haces en Barcelona es cuando te das cuenta que tienes que volver. Eso sí, esto me está pasando a tres días de irnos y sabiendo que dos de ellos serán nada menos que en New York. San Francisco está peor que hace cuatro años - hay muchísima gente sin hogar y nadie parece querer hacer nada al respecto. Algunas calles como la pintoresca Haight Street, donde está Amoeba Music y muchísimas tiendas locales de gran personalidad, parecen a ratos un episodio de The Walking Dead.




Hoy pasaremos el día en Fisherman's Wharf, la bahía donde está el Golden Gate, sin duda lo mejor de esta ciudad. Y a las 11 de la noche, vuelo nocturno a New York. Llevo antifaz, tapones y he comprado una pastillas para dormir que prometen mucho. No soy amigo de estas cosas salvo en casos extremos pero sin duda... este es uno de esos casos. 



Mientras tanto, Belén estuvo en Chinatown - aquí su visión. 

Buenos días people!!. Para empezar hay que decir que Javi es un alterado y que el hotel está bien. Estamos a los pies de Chinatown, a 2 minutos de Union Square, está limpio, las habitaciones tienen un tamaño la mar de correcto y los chinos que lo gestionan son la mar de amable. Ayer, sin ir más lejos, tuve un pequeño problema con mi menstruación, si, habéis leido bien: MENSTRUACIÓN, que aquí parece que nadie caga, ni mea, ni se pee. 



Bueno, pues que mi amiga mensual, por la noche, quiso salir de paseo, y por la mañana nuestra cama parecía el escenário de la cama de EL PADRINO en donde habían dejado la cabeza del caballo (no es para tanto pero así queda cinematográfico). La cosa está en que la china que limpia, a la que le pedí disculpas, no solo dijo que no pasaba nada con una sonrisa, sino que, además, nos hizo un elefantito de toallas. Solo por eso, por mi parte, se han ganado una estrellita más en tripadvisor.




Por la mañana decidimos separarnos y no es porque yo estuviera insoportable con la regla (eso espero!!), si no que ambos queríamos hacer nuestro propio petardeo y, como ya conocemos San Francisco, no tenemos el stres ese de querer ir a todas partes como las locas. Yo, aparte de muy mujer, me desperté con un dolor de cuello que me tenía frita desde hacía unos días y aproveché que estamos cerca de chinatown para buscar unas manos amigas que me ayudaran.

Hay un montón de centros de masaje por aquí, por que si de algo saben esta gente es de imitaciones, dim sun y masajes, así que me metí en el que me dió más confianza y por 20$ mi nueva muy mejor amiga de por vida, que decía llamarse Wendy, pero tenía cara de llamarse Cheng yu, me dió un meneo que me dejó nueva. La tía tenía la ira de Fumanchú dentro y me dió por todos lados, ahora, eso si, salí de allí como nueva. Gracias Wendy-yu.




Luego continué con mi petardeo Chinatownero. Muchas tiendas con de todo, muchos orientales, gente tocando instrumentos exóticos en la calle, restaurantes con comidas inexplicables. A mi me encanta, es como estar en Asia, pero en limpio. Yo me auto regalé un salpimentero super kitsch, fué amor a primera vista y creo que a Javi también le encantó.






Luego volví al redil y quedé para comer con Javi y, como aquí los restaurantes medio qué cierran de 15:00 a 17:00 (en serio), pues nos fuimos a un irlandés, que estos no entienden de horarios, como los españoles y sabes que siempre te vas a poder tomar una cervecita fresca y comer algo calentito.

Luego vino el gran silencio... (música de Chopin por lo menos)... y nos pegamos: EL GRAN SIESTORRO!. 2 horas espachurraos en la cama que nos sentaron de maravilla y que nos dieron fuerzas para luego seguir subiendo cuestas y disfrutar de San Francisco.






Es cierto que hay mucho vagabundo, pero no es tán terrible como lo pinta Javi. Esto siempre ha sido una ciudad de vagabundos ya que el clima acompaña y hay mucho tarao suelto por U.S.A. y muchos deciden darse a esta vida por decisión propia. Aquí no ves más que construcciones en marcha, muchos servicios con mogollón de personal, gente comprando, jardines urbanos cuidados... en serio, esta peña no sabe lo que es una crisis.

Hoy hemos decidido ir caminando las cuestas hacia arriba de San Francisco a ver si reventamos de una puta vez, jajajaja. La cuestión es que queremos cansarnos para caer muertitos esta noche en el avión y dormir plácidamente.

Mañana de vuelta a NY y en breve estamos de nuevo por ahi dando pol saco. Besitos a tutiplén!

lunes, 26 de agosto de 2013

Día 27: Descubriendo Twin Peaks



Hola a todos desde San Francisco, California. Hemos llegado a la penúltima etapa de nuestro viaje y pasaremos las dos próximas noches en esta ciudad, una de nuestras favoritas no sólo en Estados Unidos, diría que en el mundo. Ciudad amable, con mucho que ver y una atmósfera extraordinaria. Hemos acabado nuestro road trip por la costa oeste, diría que con sobresaliente. No nos ha parado la policía y tampoco nos han puesto ninguna multa. Belén dice de coña que parece la hija del sheriff porque no se pasa ni una milla en la conducción. En serio, es una crack, hay que tenerlos bien puestos para meterse en según que situaciones... pero Belén puede con eso y más. 



Hemos empezado el día con fuegos artificiales en nuestro hotel de Redding, ciudad que permanecerá en nuestras almas y nos evocará una gran sonrisa al recordarla... vale, qué coño, NO HEMOS IDO. NO SE NOS HA PERDIDO NADA ALLÍ, JODER. El caso es que en el hotel, de nuestra cadena favorita Hampton Inn and Suites, tuvo a bien dejar una máquina secadora encendida en el pasillo toda la noche. Nos quejamos del ruido y la de recepción pasó de nosotros como de comer mierda. Insistimos, diciendo "oiga, ¿pero nos han dado la habitación sabiendo que esto iba a pasar?", pero su respuesta - "yep" - es lo que ya nos tocó los cojones. Esta mañana hemos puesto el grito en el cielo y le hemos cantado al manager las 40, que quién coño se cree esta tía, que teniendo el hotel medio vacío cómo no tienen los santos cojones de cerrar esta parte del hotel y meter a los húespedes lo más lejos posible... Todo con mejores palabras que aquí, claro. El hombre, ya mayor, nos ha acabado dando la razón y se ha disculpado hasta cuatro veces. Espero que empaquete a la chica del "yep" y que su próximo curro sea en un bar de deportes donde los clientes borrachos le cogen el culo a las camareras. Creedme, los hay, y a patadas. 







Hemos pasado por el que creemos que es el peor outlet del mundo - solo el 40% de las tiendas estaban operativas y delante de una de ellas había un tío durmiendo la mona a dos metros de la puerta. Ni un cliente. No nos hemos ni bajado del coche. Hemos pasado por el bonito pueblo de Red Bluff, famoso por su bebida energética decepcionante, y por un pueblo del oeste llamado Maxwell, uno de los más antiguos de todo California. Bueno, lo de antiguo hay que ponerlo en perspectiva porque al final, comparado con Europa, aquí no es que haya construcciones que le lleguen a la suela de los zapatos - en términos de solera y valor histórico - a, por ejemplo, el Coliseo de Roma.

Teníamos un huevo de kilómetros por delante hoy pero hemos parado en una gasolinera para explicaros, junto antes de salir de la Interstate 5, cómo son por allí. Básicamente, lo mismo que en España, pero con movidas diferentes. Hay un vídeo explicativo y autocontenido pero tenemos una conexión de mierda en este hotel y no sé cuándo lo voy a poder subir.




Ya está. Apasionante, ¿eh? Interesante de cojones, lo sé. Para eso estamos, para abriros una ventana a este continente, aunque este no sea el caso esta vez. Algunos pensaréis, "nah, cuando suba el vídeo todo tendrá más sentido". Pobres ilusos, mamones, desgraciados... El vídeo es una basura total.

Poco a poco nos hemos acercado a San Francisco por áridas carreteras, a ratos más feas que robarle el almuerzo a un indigente octogenario. Hemos hecho dos paradas, la primera en un Nike Clearance Store, que es una especie de tienda Nike donde va lo que nadie quiere o nadie compra. Obviamente todo era horrible e ir para allá ha sido una pérdida de tiempo absoluta. Sí que hemos hecho algo interesantísimo - subir a Twin Peaks, que aparte de la famosa serie de televisión, es una zona elevada desde donde se ve todo San Francisco. Hemos hecho buenas fotos y un par de vídeos, los cuales veréis eventualmente. Realmente merece la pena y todo el que vaya a San Francisco debe subir allí aunque sea a rastras.







Aunque quizás es mejor coger un taxi porque hay unas cuestas acojonantes. 





Hemos soltado a Marcellus tras 1,800 Km juntos. Pensábamos que el punto de entrega del coche - por un error del Google Maps - estaba donde Stalin se afeitó el bigote, pero no, ha resultado ser a cinco minutos andando del hotel. A partir de ahora toca volver a ser ciudadanos de a pie. Hemos quedado con unos buenos amigos, Dani y Laura, en el Oriental Pearl, nuestro antiguo restaurante favorito de San Francisco. Hemos cenado muy bien pero el pato Pekín no es ni muchísimo menos lo que era.




Meto alguno fotos, pongo una vela a San Patapio para ver si suben los vídeos por la noche... y mañana disfrutaremos de nuestro día completo en San Francisco.

PD: Hemos comido de muerte en un sitio llamado Black Bear Diner - los hay por toda la Costa Oeste, comida sencilla, barata y de calidad. Eso sí, me he mordido la lengua y tengo un corte - muy superficial - de casi un centímetro.

PD2: De momento este post va sin fotos. El wifi no da tregua. Iré subiéndolas una a una, poco a poco. De todos modos entráis para leer los textos y no para ver las fotos, ¿eh? ¡Va, levantad la mano! ¿Hola? ¿Alguien?

domingo, 25 de agosto de 2013

Día 26: cabañas, naturaleza y lagos de postal



Ayer acabamos nuestra ruta en coche durmiendo en un precioso hotel en la ladera del Mount Shasta. Imaginaros todo de madera, en medio de la montaña, fotos de tipos con sus truchas a modo de trofeo, ambiente montañil total. Parecía que de un momento a otro, iba a aparecer por ahí ricitos de oro y nos iba a invitar a una cerveza. Bucólico total. Vamos, que en un ambiente así y, con el tute que llevamos en el cuerpo, hemos dormido como troncos, excepto por un sustazo que nos hemos llevado a mitad de noche, ya que algun incauto pescador (suponemos), se había dejado la alarma del reloj despertador a las 02:00 y casi nos da un jamacuco. No ha salido volando por la ventana de milagro. En modo venganza, lo hemos vuelto a dejar puesto pa que se jodan los siguientes, no vamos a ser nosotros los únicos pringaos ¿verdad?.






El día ha continuado con Javi y conmigo, a lo vaqueros del lejano (en este caso cercano) oeste, paseando entre montañas con arboles enormes y naturaleza increible y hemos hecho una primera parada en Castle Lake, un precioso paraje en el que no había nadie más que nosotros y una familia hindú. Cuando Javi ha visto a la familia hindú no ha podido evitar decirme: Ya no podrás decir que no has visto indios en América... ¡maldito Gancedo!, gracioso hasta en los parajes más recónditos...






Luego hemos continuado con nuestro recorrido y hemos llegado a Siskiyou Lake. Increible, espectacular y él tampoco se ha librado del humor de Javi, que iba cantando: "Siskiyou cuando mueras que harás tu..." Es un no parar tol día. La cosa está en que el lago es totalmente increible, la paz absoluta. ëramos 4 gatos para un lugar enorme y hemos pasado una bonita y agradable mañana rodeados de paisajes que, de nuevo, solo habíamos visto en las películas. ha sido precioso de verdad.



Durante el tiempo en el que vamos preparando el viaje, vamos consultando webs, mirando mapas e imaginando previamente lo que nos vamos a encontrar y, una vez que lo hacemos, se convierte en un momentazo. Hoy hemos tenido uno así. Cada vez que miraba mapas para ver la ruta que hacíamos en coche, veía un puente enorme y luego un restaurante. Siempre pensé que pararía allí y comeríamos algo... y así ha sido. Un lugar en el que, seguramente se vivieron épocas mejores, pero hemos comido con unas bonitas vistas y lo que habíamos comentado tantas veces, de parar allí y ver aquello se estaba cumpliendo. Lo dicho ¡MOMENTAZO!.



Poco más tarde hemos llegado a Redding, en donde está nuestro hotel, y hemos aprovechado la tarde para relajarnos en la piscina y darnos a la buena vida... ¡Ah! y ver un episodio de Breakind Bad, serie que nos flipa y de la que estamos totalmente enganchados.

Ahora os dejo con el jefe de la tribu chochise que seguro que le aporta a esto la sal y la pimienta que necesita para que sepa bien.

P.D.: Ya me han parado 2 chicas californianas para decirme que les encanta mis gafotas #postureogafil

(anexo by Javi)



Hola a todos. Poco puedo añadir - ha sido un día la mar de tranquilo. Redding es una ciudad de 90,000 habitantes de la que hemos pasado tres cojones. Hemos pillado unas hamburguesas en el burger In 'n Out - mítico porque sale en la peli El Gran Lebowski - para ver Breaking Bad en la habitación. Casi mejor os hablo de lo que viene y ya puestos, por recomendaros la cadena Hampton Inn and Suites si venís a USA alguna vez - habitaciones amplísimas, piscina, buenos canales de tele, desayuno incluído, amabilidad extrema.



En fin, lo que viene es lo siguiente. Mañana saldremos de la bonita localidad de Redding, la cual no olvidaremos nunca y llenará nuestros corazones cada vez que la recordemos. No la hemos pisado ni de lejos, pero eso es lo de menos, no hay que ser quisquillosos. Seguiremos camino hasta San Francisco, donde pasaremos dos noches. Al día siguiente continuaremos en San Francisco la mayor parte del día, ya que volamos de noche para ahorrarnos una noche de hotel. Llegaremos pronto a New York, donde nos el jueves espera una Gran Sorpresa - nótense las mayúsculas - que debemos confirmar al 100%. El viernes iremos a la Estatua de la Libertad y a un partido de béisbol en el Yankees Stadium. Volvemos el sábado 31 y llegaremos a media tarde del 1 de Septiembre.

Vamos, que todavía nos queda un ratito y todo bastante bueno... Y cuando acabe, no antes, haremos balance de todo. Igual no volvemos a USA en varios años - de hecho es lo más probable - así que ¡lo disfrutaremos a tope! 

sábado, 24 de agosto de 2013

Día 25: del desfile a la gran montaña



Hola a todos desde Mt Shasta, California. Sí, hemos dejado atrás Oregón tras recorrerlo de norte a sur y estamos en la Alta California, a varios centenares de metros de altura. No estamos en la montaña en sí, que mide más de 4,000 metros, pero al lado, en un hotel todo de madera muy cerca de la Interstate 5. El día ha empezado con fuegos de artificio - nos ha gustado bastante el desfile en Eugene, lo que los americanos llaman parade, aunque no nos hemos quedado hasta el final porque llevábamos más de media hora viendo pasar gente de lo más variopinta y todo tiene un límite, coño. Ha habido tiempo para reivindicaciones - menos armas en las casas, más acceso a los libros por parte del público infantil y oh sorpresa, mayor inmersión del español en la comunidad para convertirse en el segundo idioma de la ciudad. Nosotros decimos sí.





Hemos hecho muchas fotos y algunos vídeos del desfile en plan desenfadados. He escogido las tres mejores fotos al azar. Vale, no ha sido al azar, pero me descojono pensando la cara que habréis puesto leyendo semejante gilipollez. 









Total, que a las 11 hemos pillado el camino al Mt Shasta, cuatro horas de coche que obviamente han sido más. No hemos hecho muchas paradas pero alguna ha sido variopinta. Hemos encontrado este restaurante italiano de nombre peculiar. Si fuese vosotros, no preguntaría por los ingredientes de la salsa de la casa... 



Hemos parado en un área de servicio de nueva inauguración y su dueña cumplía 30 años, aunque parecía que tenía 45, la muy jodida. Es acojonante la cantidad de Red Bull, Rockstar y demás bebidas energéticas que venden en estos sitios, no menos de 10 marcas distintas. Así irán todos, acelerados perdidos. Pero también... qué van a hacer, joder, están en el medio de ninguna parte. Hay que ponerse en su lugar. Es eso o el pasatiempo número uno del soltero.

Pero tampoco he visto muchos libros de sudokus.

Hemos comido en un Wendy's - sí, no es el ejemplo de comida sana, pero del hecho de que mi barriga parezca el escaparate de un restaurante turco ya me ocuparé cuando vuelva y no ahora. Estaba en el medio de ninguna parte y nos ha servido la tía más fea del mundo. La hemos llamado "la madre de Picio". Sabéis que nos gusta ilustrar estas movidas con fotos pero con el fin de salvaguardar el honor y la decencia de nuestros lectores hemos decidido no hacerlo.



Hemos pasado la mejor parte de la tarde en el Oregon Vortex, a saber, un lugar misterioso donde las leyes de la física no se tienen muy en cuenta debido, dicen, a un brutal campo magnético que hay alrededor de una casa abandonada y hecha un poco mierda. Suena ridículo, y peor os parecerá que nos hayamos desviado 20 kilómetros para ver este puto rollo, pero la verdad es que nos ha sorprendido - muchos trucos ópticos y demás. Tras asegurar, con un nivel de obra, que la tabla donde estas cuatro chicas era rasa, mirad la diferencia entre ambas fotos. Solo se han cambiado de posición.




Ya me diréis cómo se explica eso. Habría hecho vídeos, pero me amenazaron con meterme en la misma habitación que el guía y que me explicase la ciencia detrás de la casa durante tres horas. No imagino tortura peor.





Poco a poco hemos llegado al Monte Shasta, que impresiona desde lejos. Nos hemos parado en un mirador, el único que hay por el camino. Mañana iremos a un lago que hay por aquí cerca con nombre pintoresco - Siskiyou - y acabaremos en Redding, una de las ciudades más importantes de California del Norte.



PD: El otro día vimos este vídeo en el programa de Colbert, uno de los late nights de aquí. Resulta que iba a entrevistar a Daft Punk, el grupo de moda, pero la MTV, que pertenece al mismo grupo, les vetó la entrevista, así que Colbert se vengó haciendo un vídeo con mogollón de famosos y Daft Punk sonando de fondo. Genial. 

PD2: Os dejamos con algunas fotos de la carretera. Las mejores del día. 





PD3: Podéis dejar comentarios en la caja que encontraréis debajo de estas líneas. De hecho, os animamos a hacerlo.