Salida masiva del armario

Una de las cosas buenas de ir a Estados Unidos es la cantidad de ropa barata que hay, sobre todo en Las Vegas, donde todo el mundo avisa de la espectacularidad de los outloets que hay en plena ciudad. He decidido renovar totalmente mi armario y llevarma la peor ropa que tengo para cambiarla por algo más decente en Estados Unidos.

Calcatines blancos. Calzoncillos con agujeros. Camisas de cuadros con más edad que Ricky Rubio y camisetas como la de la imagen. No sé en qué estado mental me encontraba en Riga cuando me compré esta camiseta. Es horrible. Yo creo que es lo más horrible que me he comprado en toda mi miserable vida. El caso es que me llevaré todo el fondo de armario - pero muy, muy al fondo, amigos - para renovar un poco el tema.

No descarto ir dejando ropa mía en sitios emblemáticos, claro. Dejar unos calzoncillos sucios en Times Square, esta camiseta en la embajada de Letonia o unos calcetines blancos en la puerta del Madison Square Garden como homenaje al gran Willis Reed. Ya veremos.

Todo tiene un precio, claro. Al hecho de que me voy a gastar mucha pasta en ropa para aprovechar la oportunidad se une el hecho inequívoco, inexorable e inevitable de que en New York voy a ir vestido como un verdadero gilipollas durante seis putos días. Pero es el precio - emocional - que hay que pagar.

Además, ¿quién no tiene ropa mierdosa en su armario? Tú mismo, que estás leyendo eso, tienes cada cosa que no veas... Todos cometemos errores, cacho de hortera.

Tres días más y nos vamos. Me voy al armario, que tengo que visitar la tienda de los horrores...

Buen inicio de semana a todos!

Javi